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28.12.04

La izquierda ganó terreno en América Latina en el 2004

GERARDO REYES / El Nuevo Herald

América Latina, una región que vio aumentar los índices de crecimiento de sus economías por arriba de lo previsto, en gran parte gracias a un repunte extraordinario de sus exportaciones, termina el año 2004 más inclinada políticamente hacia la izquierda y sin soluciones a la vista para reducir la pobreza extrema en la que vive el 44 por ciento de su población.

En el hecho político más destacado, el presidente venezolano Hugo Chávez consolidó su mandato con un cuestionado referendo revocatorio seguido de otra jornada electoral en la que 22 de las 24 gobernaciones quedaron en poder de seguidores suyos. Su triunfo generó una ola de furia y decepción entre la oposición, que asegura que hubo fraude en la votación.

Para finales del año, el Congreso de Venezuela nombró nuevos jueces chavistas a la Corte Suprema y aprobó la llamada ''ley mordaza'', que regula el contenido de los medios televisivos y radiales del país.

A su vez, la izquierda ganó las elecciones presidenciales del 31 de octubre por primera vez en la historia de Uruguay. Y en Colombia, el candidato de izquierda (Polo Patriótico) Luis Eduardo Garzón obtuvo la alcaldía de Bogotá, la segunda posición pública más importante del país.

En las elecciones para alcaldía de Brasil, el Partido de los Trabajadores (PT) del presidente Luiz Inácio Lula da Silva obtuvo el doble de municipios de los que consiguió en 2000. El PT lamentó, sin embargo, la derrota en las importantes alcaldías de Porto Alegre, que dominaba desde hace 16 años, y de Sao Paulo, capital económica del país.

Los sandinistas vencieron en las elecciones de noviembre en el 60 por ciento de las 152 alcaldías nicaragüenses, incluida la capital donde fue elegido Herty Lewites.

En el campo de la lucha contra la corrupción, la región culmina el año con dos ex presidentes costarricenses presos por cargos de corrupción, Rafael Calderón y Miguel Angel Rodríguez, este último recién nombrado secretario de la Organización de Estados Americanos; el ex presidente de Guatemala, Alfonso Portillo, fugitivo; el ex presidente Carlos Menem de regreso a su país con libertad condicional; y el agonizante ex dictador Augusto Pinochet formalmente acusado de ordenar la desaparición y muerte de por lo menos nueve personas durante su régimen.

En lo económico, aunque la cifra de 5.5 por ciento de crecimiento promedio de la región no se presentaba desde 1980, muchos de los países terminan el año con el dudoso orgullo de registrar en la balanza de pagos como principal ingreso de sus economías las remesas enviadas por inmigrantes que trabajan en EEUU y Europa.

En 2004, América Latina y el Caribe recibieron más dinero en remesas que de la ayuda extranjera y la inversión foránea combinadas, y en varios casos los ingresos por ese rubro fueron mayores que las exportaciones tradicionales. El total de las remesas llegó a $30,000 millones en 2003 y se espera un aumento para este año. El índice del desempleo promedio en la región llegó al 10.5.

La demanda de China de materias primas y la recuperación de la economía estadounidenses se citan como los factores determinantes en el aumento, a niveles récord, de las exportaciones de la región. Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las exportaciones latinoamericanas alcanzaron el índice de crecimiento más alto en dos décadas al registrar $445,100 millones en 2004, un aumento de 23 por ciento sobre el total de las exportaciones de la región en 2003.

El Nuevo Herald presentó el 28 de diciembre una evaluación de algunos países latinoamericanos:

Argentina

Néstor Kirchner: 76%.

Lo mejor: un crecimiento de 8.2% de la economía.

Lo peor: aumento de la inseguridad ciudadana e incremento de la deuda externa. En septiembre llegó a $167,000 millones.

Personaje del año: Leonardo da Vinci porqué ''el genio más versátil de la historia sigue fascinando a casi 500 años de su muerte'' (revista Noticias).

Brasil

Luiz Inácio Lula da Silva: 62%.

Lo mejor: El crecimiento de la economía en más del seis por ciento.

Lo peor: el desempleo. El aumento de los niveles de inseguridad ciudadana en las ciudades de Brasil. La disminución del poder adquisitivo de los sueldos.

Personaje del año: Jose Dirceu, jefe de despacho de Lula ''porque pasó de coordinar políticas de gobierno a convertirse en un gran gerente de acciones gubernamentales'' (revista Istoé).

Chile

Ricardo Lagos: 68%.

Lo mejor: aumento de las exportaciones que sobrepasarán los $31,000 millones, lo cual arroja un crecimiento de casi 12%.

Lo peor: Escasa creación de empleo (desempleo es del 9%) y el deterioro en el nivel de la educación.

Personaje del año: El comandante en jefe del Ejército, general Juan Emilio Cheyre, por ''asumir la responsabilidad institucional por la violación a los derechos humanos durante el régimen de Pinochet'' (diario La Nación).

Colombia

Alvaro Uribe: 78%.

Lo mejor: conversaciones de paz y desarme con los grupos paramilitares y la posibilidad de un intercambio humanitario de prisioneros con las FARC.

Lo peor: el desplome del dólar que golpeó las exportaciones y neutralizó el efecto de los ingresos por el aumento de los precios del petróleo.

Personaje del año: Luis C. Restrepo, alto comisionado de la paz (revista Semana)

México

Vicente Fox: 52%.

Lo mejor: aumento de las exportaciones hacia EEUU en un 11.8 por ciento. Las exportaciones hacia el resto de los países de la región aumentaron 33.1%.

Lo peor: el desempleo.

Venezuela

Hugo Chávez: 43 por ciento (fuente: firma mexicana Consulta Mitofsky)

Lo mejor: aumento del índice de crecimiento de la economía; altos precios del petróleo. Anuncio del gobierno de EEUU de mejorar las relaciones con el gobierno de Chávez.

Lo peor: serias dudas sobre la transparencias del referéndum revocatorio; el dominio chavista del Tribunal Supremo de Justicia; la aprobación de una ley de control de los medios de comunicación.

22.12.04

Venezuela 2005, perspectivas

· Rómulo E Lander Hoffmann

En general, los países que han alcanzado el éxito, tanto en su crecimiento, como en su desarrollo, conceptos ambos frecuentemente confundidos, lo han hecho debido al decisivo papel que el Estado ha jugado en el proceso, al generar un entorno adecuado y bases jurídico legales apropiadas de modo que el sector privado se incorpore y aporte empresas competitivas para el país y sus propietarios, y remunerativas, para sus trabajadores.

La perspectiva socio económica de un país, no puede medirse en términos circunstanciales o coyunturales como lo es el caso de Venezuela, especialmente durante el año 2004 y 2005 años en los cuales la politica monetaria ha generado, y generará resultados económicos manipulados y maquillados, además de una creciente dependencia del PIB petrolero como marcador del crecimiento económico.

En términos generales, no se vislumbra ninguna planificación importante en las áreas productivas; Ni petroleras, ni agropecuarias, ni siderurgica, ni del turismo. O al menos si las hay, son un secreto bien guardado.

Para poder descifrar el rumbo socio económico de un país, es imprescindible que una vez escogido el modelo de desarrollo (el que fuere), se tenga claramente definida la elección de las industrias fundamentales que servirán como elemento detonante de desarrollo.

En lo que a Venezuela respecta, el hecho de que los principales ingresos fiscales son generados por el petróleo (alrededor de 57%) implica una debilidad estructural y una dependencia total de los precios del petróleo a efectos de la planificación.

Esta dependencia afecta de la misma forma a lo estados, quienes en ausencia de competencia tributaria, están irremediablemente condenados a experimentar deficits fiscales insostenibles y que en el año 2005 podría estar alrededor del 3% del PIB, lo cual significa que lo que realmente hará el gobierno central es trasladar sus deficits a las regiones.

Una decisión que aumentara de manera importante, tanto el déficit fiscal, como la deuda interna es la anunciada intención de retomar el esquema de las prestaciones, esquema que por cierto lejos de proteger a los trabajadores atenta contra las posibilidades de aumentos en su salario real y tendrá además un efecto contractivo sobre el sector privado, al elevar desproporcionadamente sus costos de funcionamiento y sin duda que obligara al gobierno a realizar nuevas devaluaciones para poder cubrir gasto corriente y para licuar la deuda interna que estas prestaciones generarán.

El presupuesto del año 2005 indica claramente que todo el peso del crecimiento descansa sobre el gasto publico, lo que significa que no es posible que tengamos un crecimiento sano y sustentable, y especialmente este crecimiento, no será posible dentro de un esquema de controles de precio, controles de cambio y de las restricciones legales que el actual marco jurídico impone, En definitiva, se puede crecer en términos reales o no, pero esto no significa que el desarrollo venga aparejado con ese crecimiento.

El desarrollo, es el resultado de un crecimiento sostenido y sustentable en el tiempo, cuyo resultado tangible sea el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, el mejoramiento de la educación, la creación de infra estructura que permita la conexión de pueblos y ciudades de manera de acercar a las comunidades y les facilite sus intercambios comerciales y con ello aumenten sus posibilidades de crecimiento, desarrollo es la posibilidad cierta de los ciudadanos a escoger el camino que mejor les parezca para lograr sus cometidos, desarrollo es acceso eficaz y efectivo a la salud a costos razonables, es acceso a un sistema judicial expedito y confiable, desarrollo es construir un país sin destruir su ecología, desarrollo es acceso a la transferencia de tecnologías intermedias y de punta para que estas sean incorporadas a los procesos productivos del país. Todos estos elementos son verdaderos sustentos del desarrollo y el único camino que los países tienen para incorporarse a ese ansiado primer mundo.

Si el actual gobierno deja de lado ese afán de imponer su revolución a como de lugar y explora nuevas formas de desarrollo social, propiciando para ello la participación del capital privado garantizándole una rentabilidad aceptable pero estableciendo de mutuo acuerdo un nuevo compromiso, un nuevo contrato social, de seguro que si hará la verdadera revolución. Una revolución para todos y no solamente para los excluidos, que los incluidos, al final, no lo son tanto.

Amanecerá y veremos.