Blog vinculado al web de la Bolsa de Valores de Caracas

22.12.04

Venezuela 2005, perspectivas

· Rómulo E Lander Hoffmann

En general, los países que han alcanzado el éxito, tanto en su crecimiento, como en su desarrollo, conceptos ambos frecuentemente confundidos, lo han hecho debido al decisivo papel que el Estado ha jugado en el proceso, al generar un entorno adecuado y bases jurídico legales apropiadas de modo que el sector privado se incorpore y aporte empresas competitivas para el país y sus propietarios, y remunerativas, para sus trabajadores.

La perspectiva socio económica de un país, no puede medirse en términos circunstanciales o coyunturales como lo es el caso de Venezuela, especialmente durante el año 2004 y 2005 años en los cuales la politica monetaria ha generado, y generará resultados económicos manipulados y maquillados, además de una creciente dependencia del PIB petrolero como marcador del crecimiento económico.

En términos generales, no se vislumbra ninguna planificación importante en las áreas productivas; Ni petroleras, ni agropecuarias, ni siderurgica, ni del turismo. O al menos si las hay, son un secreto bien guardado.

Para poder descifrar el rumbo socio económico de un país, es imprescindible que una vez escogido el modelo de desarrollo (el que fuere), se tenga claramente definida la elección de las industrias fundamentales que servirán como elemento detonante de desarrollo.

En lo que a Venezuela respecta, el hecho de que los principales ingresos fiscales son generados por el petróleo (alrededor de 57%) implica una debilidad estructural y una dependencia total de los precios del petróleo a efectos de la planificación.

Esta dependencia afecta de la misma forma a lo estados, quienes en ausencia de competencia tributaria, están irremediablemente condenados a experimentar deficits fiscales insostenibles y que en el año 2005 podría estar alrededor del 3% del PIB, lo cual significa que lo que realmente hará el gobierno central es trasladar sus deficits a las regiones.

Una decisión que aumentara de manera importante, tanto el déficit fiscal, como la deuda interna es la anunciada intención de retomar el esquema de las prestaciones, esquema que por cierto lejos de proteger a los trabajadores atenta contra las posibilidades de aumentos en su salario real y tendrá además un efecto contractivo sobre el sector privado, al elevar desproporcionadamente sus costos de funcionamiento y sin duda que obligara al gobierno a realizar nuevas devaluaciones para poder cubrir gasto corriente y para licuar la deuda interna que estas prestaciones generarán.

El presupuesto del año 2005 indica claramente que todo el peso del crecimiento descansa sobre el gasto publico, lo que significa que no es posible que tengamos un crecimiento sano y sustentable, y especialmente este crecimiento, no será posible dentro de un esquema de controles de precio, controles de cambio y de las restricciones legales que el actual marco jurídico impone, En definitiva, se puede crecer en términos reales o no, pero esto no significa que el desarrollo venga aparejado con ese crecimiento.

El desarrollo, es el resultado de un crecimiento sostenido y sustentable en el tiempo, cuyo resultado tangible sea el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, el mejoramiento de la educación, la creación de infra estructura que permita la conexión de pueblos y ciudades de manera de acercar a las comunidades y les facilite sus intercambios comerciales y con ello aumenten sus posibilidades de crecimiento, desarrollo es la posibilidad cierta de los ciudadanos a escoger el camino que mejor les parezca para lograr sus cometidos, desarrollo es acceso eficaz y efectivo a la salud a costos razonables, es acceso a un sistema judicial expedito y confiable, desarrollo es construir un país sin destruir su ecología, desarrollo es acceso a la transferencia de tecnologías intermedias y de punta para que estas sean incorporadas a los procesos productivos del país. Todos estos elementos son verdaderos sustentos del desarrollo y el único camino que los países tienen para incorporarse a ese ansiado primer mundo.

Si el actual gobierno deja de lado ese afán de imponer su revolución a como de lugar y explora nuevas formas de desarrollo social, propiciando para ello la participación del capital privado garantizándole una rentabilidad aceptable pero estableciendo de mutuo acuerdo un nuevo compromiso, un nuevo contrato social, de seguro que si hará la verdadera revolución. Una revolución para todos y no solamente para los excluidos, que los incluidos, al final, no lo son tanto.

Amanecerá y veremos.